domingo, 15 de junio de 2008

Ensayo final

Mi comunicación con mi madre
En el momento en que el ser humano verbaliza el deseo de tener un hijo, está expresando una ilusión, que aunque está siendo simbolizada a través de un discurso verbal no sabe de dónde procede. Podríamos decir que se parte del hecho de que cuando se expresa un deseo, por definición, se está aludiendo a un estado de carencia, se está haciendo referencia a algo que no se tiene y que se desea con el fin de obtener una gratificación. El deseo implica la ausencia de lo anhelado.

Sin embargo, algunos autores como Juan Vives, reconocido autor mexicano por sus maravillosos escritos, dicen que el deseo de descendencia está en la base de algunas consideraciones, entre las que se encuentran enfermedad, vejez y muerte; y que existen otros determinantes por los que el deseo del hijo, connatural al ser humano, puede entrar en conflicto con otros intereses y verse sujeto a rechazo, bloqueo y toda suerte de prohibiciones.

Ya, en la conformación de una familia; desde el momento en que nace un bebé, e incluso desde el momento en que una mujer se entera de que está embarazada, comienza a crearse un vínculo afectivo entre la madre y el niño, que los lleva a establecer una comunicación; un vínculo que perdura a lo largo de la vida. Este vínculo se hace más profundo en el momento en que nace el niño, y a medida que madre e hijo entran en contacto comienzan a comunicarse más profundamente y establecer un lenguaje.

En la crianza del hijo, el factor más importante es la relación de él con sus padres, que haya un ambiente familiar seguro y estable, donde sus padres le concedan apoyo incondicional en todos los aspectos y le manifiesten amor, cariño y afecto. Ello significa construir en la mentalidad infantil una representación positiva y segura por parte de quienes cuidan de él.

De acuerdo a mi investigación, en la cual tomé como tema La comunicación con mi madre, empezaré a describir mi relación con ella, e iniciaré con una pequeña introducción al tema en cuanto al vínculo entre madre e hijo.

El establecimiento del vínculo con el nuevo bebé, es un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida, como consecuencia de los intercambios comunicativos entre los padres y los hijos, o entre las personas en general. La esencia de la maternidad no es lo que se hace por el niño, sino el intercambio, el eco muy gratificante que se puede instaurar entre el niño y sus padres.

La comunicación entre madre e hijo es fundamental, y se da incluso antes del nacimiento del niño: el bebé da patadas en el vientre materno, se mueve; la madre habla al bebé, acaricia su vientre, piensa en él. Todas estas conductas, muchas inconscientes, son comunicativas y hacen que ambos se vayan conociendo.

En este momento considero que me faltó un factor importante por plantear en mi trabajo, preguntarle a mi madre cómo fue el proceso comunicativo que ella estableció con migo desde el mismo momento en que se enteró de mi existencia en su vientre. Aunque considero que ha surgido una excelente comunicación entre ella y yo; tanto que me atrevería decir que es mejor que la que hemos establecido con mi padre y mis hermanos.

Mi madre, una mujer luchadora, pues desde muy joven luchó para darnos a mis hermanos y a mí un estudio; luchó para que saliéramos adelante y consiguiéramos, lo que nunca pudo darnos (decía ella); a mi parecer, nos dio todo, jamás nos faltó nada de lo necesario, y considero que si no fuese sido así no seríamos hoy personas de bien. Hoy pienso, que si todas las madres fueran así, que actuaran con sus hijos de la misma forma en que mi madre lo hizo con nosotros, las relaciones entre ellos serían las mejores.

Ahora, que me encuentro lejos de mi hogar, lejos de ella, se el significado y el valor que se le debe dar cuando se tiene a una madre cerca. Yo, en busca de mi futuro lejos de casa, extraño su compañía y busco siempre la oportunidad de hablar con ella, pues nuestra relación es muy sincera y profunda. Con ella hablo lo que no hablo con nadie más.

Es muy diferente el vínculo comunicativo que se establece con la madre cuando se tiene al lado, al que se da cuando se tiene lejos. Al tener cerca a nuestra madre, puede verse al conversar con ella sus gestos y expresiones ante determinada situación, que de una u otra manera nos darán a entender otras cosas que no percibimos cuando dialogamos con ella al estar alejados uno del otro.

En tantas veces que he dialogado con mi madre, por vía telefónica, el único medio en que puedo intercambiar palabras con ella, he notado algunas veces cambios del tono de voz que me han llevado a pensar cosas respecto al tema de conversación, e infiero cuales son sus pensamientos respecto al mismo. Ahora que dialogo con ella más a menudo, he ido conociéndola aún más, he descubierto cosas, respecto a acciones tanto mías como de mis hermanos que en algún momento le disgustaron e incomodaron pero que ella calló.

Ahora me hago una pregunta ¿Por qué callan las madres? No se si es por un instinto, su naturaleza que las lleva al silencio ante las acciones de sus hijos, esperan que ellos vean las cosas, muy pocas esperan que se estrellen contra el mundo para que entiendan las situaciones de la vida, lo único que me atrevería a decir es que en su interior rezan y ruegan para que sus hijos estén siempre protegidos y libres de todo peligro.

Con este vínculo establecido con mi madre, aprendí a relacionarme mejor con ella, a compartir cosas que jamás pensé que las fuera a hacer y decir, comprendí que las madres piensan para el bienestar de sus hijos, aprendí que una buena comunicación no se da de un momento para otro y reconocí en mi madre el sacrificio que todas las madres tienen para con sus hijos. Ahora a mi madre la considero un ser invaluable, un ser en el que se puede contar en momentos difíciles, alguien con quien se puede compartir alegrías y tristezas, alguien en quien se puede encontrar una amistad sincera, un amor puro y constante, un preciado tesoro, una eterna bendición de Dios. Así veo yo a mi madre.
Juan C. Amaya

domingo, 8 de junio de 2008

Poema a mi madre

Poema a mi madre

Madre, eres la flor
que ha nacido en mi jardín
mas hermosa que un jazmín
por tu maravilloso color.

Te recuerdo con amor
porque para mi has sido,
del mundo lo mas querido
de mi vida, la mas hermosa,
La mas bella de las rosas
de mi jardín florecido.



Colaboración de Israel Díaz Maqueira

Cuba